Ha sido una semana tranquila en el mundo de la tecnología, aunque hay que tener en cuenta que en menos de dos semanas empieza la feria de la telefonía móvil por excelencia, el Mobile World Congress. Pero al menos, esta semana ha dejado la llegada de las dos primeras APU que fusionan arquitecturas Zen y Vega: Ryzen 3 2200G y Ryzen 5 2400G.

Ambas tienen una potencia por debajo de un Ryzen 3 1300X y un Ryzen 5 1500X, respectivamente. Más destacable es su potencia gráfica, ya que incluyen unas GPU de tipo RX Vega 8 y Vega 11, y el número indica el número de unidades de cómputo de que disponen. Como ya indiqué en su momento, y los lectores asiduos de esta web ya sabían, la Vega 11 tenía previsto que tuviera una potencia algo por debajo de una GT 1030, y así ha sido.

Por el precio las convierte en buenas opciones de compra frente a sus equivalentes Ryzen sin GPU integrada. El Ryzen 5 1500X está por 150-155 euros, y el Ryzen 5 2400G cuesta 160 euros. Aun así, disponen de temperaturas de funcionamiento bastante superiores, por lo que si bien están desbloqueados, no son ideales para subirse. El difusor no está soldado al chip, sino que se usa pasta térmica de calidad normal, como hace Intel. Eso permite una reducción de coste a AMD para venderlos tan baratos y no fagocitar las ventas de los próximos Ryzen 2000.

En general son muy buenas opciones de compra para equipos de ofimática y diseño que no requieran de tarjeta gráfica dedicada —tratamiento de imágenes en Photoshop, por ejemplo— o para equipos de composición musical —sobre todo el Ryzen 5 2400G—. Pero los que busquen un equipo para juegos siguen teniendo en el Pentium G4560, ahora otra vez a 55 euros, una opción adecuada para acompañar con una tarjeta GTX 1050 y memoria barata de 2133 o 2400 MHz, ya que estas APU requieren de memoria a 3000 o 3200 MHz para brillar, más cara. Sin embargo, si un jugón opta por ellos para comprar más adelante una tarjeta gráfica dedicada, puede estar tranquilo de que le compensará por su potencia y precio.

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