Intel ha presentado oficialmente la generación Tiger Lake de procesadores, sin dar información de modelos concretos, sino detallando lo que incluye el nuevo chip. Cuando se dice «procesador» hoy en día es sinónimo de sistema en chip, o un procesador que incluye todo lo necesario para funcionar. Los chipsets suelen ser optativos pero interesantes que los equipos los tenga para proporcionar conectividad adicional y otros aspectos mejorados.

Lo primero de lo que hay que hablar de estos procesadores es que están diseñados para un nuevo proceso litográfico de 10 nm denominado SuperFin (abreviado 10SF), por lo que no es un mero 10 nm+++ (no sé si eran dos o tres mases, pero es indiferente, en este caso ya no es necesario lleva la cuenta). La pastilla en sí del procesador mantiene mismos cuatro núcleos con multihilo pero en esta ocasión son Willow Cove, más unaunidad gráfica Xe-LP detallada en otro artículo y que de entrada aumenta un 50 % las unidades de ejecución hasta las 96, pero básicamente duplica la potencia de la anterior gráfica integrada gen. 11 de 64 UE por los cambios de arquitectura y mejora de frecuencias.

La tecnología SuperFin hace referencia a la aleta usada en los transistores de efecto de campo (FET) y que hace de puerta —una de las tres patas de un transistor— compartida entre los FET, y que es lo que da el nombre a la tecnología FinFET. Pero el prefijo de super- lo usa exactamente en el sentido del tamaño y capacidad, una superaleta, redefiniendo en parte lo que es la tecnología FinFET, con un nuevo diseño de condensadores (metal-aislante-metal). Intel también habla de una reducción de la resistencia al paso de la corriente del 30 % en las interconexiones de los elementos entre las capas metálicas de los chips, lo que de por sí aumenta directamente el rendimiento. La mejora en los condensadores afecta directamente a la regulación de voltaje, y por tanto al consumo.

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En cuanto a los núcleos Willow Cove, ofrecen una mejora de potencia directa por su diseño del 10-20 % respecto a los núcleos Sunny Cove de los Ice Lake, más la mejora ganada en frecuencias por el proceso 10SF. Este aumento de frecuencias significa que la frecuencia base de los Ice Lake de 1.5-2 GHz pasa a ser de 3-4 GHz si hiciera falta, apuntando a una mejora sustancial de la potencia de los Tiger Lake, y con un turbo que podría llegar hasta los 5 GHz. La caché de nivel 3 del núcleo Willow Cove también mejora un 50 % hasta los 12 MB, y la de nivel 2 pasa a los 1.25 MB desde los 256-512 KB. Hay pequeños cambios adicionales en las cachés que harán que su comportamiento mejore notablemente.

Los Tiger Lake pueden utilizar memroria LPDDR4-4266 y LPDDR5-5200, que es otra fuente importante de mejora de rendimiento. Intel ha añadido la posibilidad de encriptar totalmente la memoria que usan estos procesadores, de manera similar a soluciones de otras compañías, como por ejemplo AMD en sus Ryzen Pro. La pérdida de rendimiento sería del orden del 1-2 %, que no sería significativo por añadir seguridad adicional a estos procesadores.

Estos procesadores también implementan PCIe 4.0, por lo que en el terreno de la movilidad se adelanta a AMD en poner en el mercado los primeros procesadores de portátiles con PCIe 4.0. Parece que será una conexión PCIe 4.0 ×4, pero no está confirmado por la compañía, aunque haya mencionado que tendrá un ancho de banda total de 8 GB/s en esas conexiones. Es un ancho de banda más que suficiente para conectar, por ejemplo, con una tarjeta gráfica dedicada de baja potencia, las habituales en ultraportátiles que es a donde van dirigidos los Tiger Lake.

Otras características que implementan los Tiger Lake es la nueva gestión de pantallas gracias a las mejoras de la unidad gráfica integrada Xe-LP —monitores de hasta 8K y 60 Hz—, conexiones Thunderbolt 4 o USB 4, mejoras en la gestión de consumo, y otros. De hecho, Intel avisa de que a mismo consumo estos procesadores, con la mejora de caché, núcleos, 10SF y demás, aumentan un 10 % sus frecuencias, por lo que con las frecuencias solo se gana ya un 10 % de rendimiento. Es probable que la mejora total se sitúa en un 20-30 % respecto a los Ice Lake, pero no hay nada confirmado oficialmente. Esto afecta también a la GPU, que funcionará al menos a 1500-1600 MHz, gracias a los 10SF.

La siguiente cita es el 2 de septiembre, cuando Intel revelará la alineación de procesadores Tiger Lake que llegarán al mercado.