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EE. UU. aprobó en 2023 la Ley CHIPS que asignaba más de 50 000 millones de dólares para investigación y producción de chips. Pero teniendo en cuenta que el Gobierno está teniendo problemas a la hora de que el Congreso le apruebe gasto nuevo, los pagos prometidos a empresas como TSMC o Samsung se han ralentizado o detenido. TSMC ha incluido en su memoria económica de 2023 que, pese a ello, ha conseguido subsidios en otros países que ascienden a 1500 M$ en los dos últimos años.

Huawei ha sufrido infinidad de vetos comerciales por parte de EE. UU. y sus países vasallos, lo cual afectaba sobre todo a su acceso a procesadores para sus móviles. Pero con el resurgir el año pasado de los procesadores Kirin de su filial HiSilicon está consiguiendo recuperar ventas en China, y por mucho. Al menos según los datos de CounterPoint Research, que aseguran que la compañía aumentó sus ventas un 64 % interanualmente en 2023.

En un mundo globalizado es complicado que las sanciones occidentales afecten realmente a los objetivos de fuera de sus fronteras. Se ha visto con Rusia, cuyas sanciones han quedado en papel mojado, pero también las que se llevan años imponiendo a las empresas de semiconductores chinas. Algo afectan, claro, porque ralentizan su evolución, pero en el caso de SMIC ha tenido unos ingresos en 2023 menos que los de 2022, pero mayores que los de 2021. Un pequeño bache por las sanciones, pero mucho menos del esperado por Biden y su séquito.

Las sanciones de EUA a las ventas de equipamiento litográfico a China no son solo a los escáneres, y uno de los principales productores del resto de maquinaria usada en la producción de chips es Applied Materials. Sus máquinas están relacionadas con la deposición química y la metrología, pero ahora EUA está investigando ciertas ventas a compañías como SMIC que podrían chocar con las sanciones. Básicamente porque en el caso de SMIC no se le puede vender absolutamente nada.

La ministra de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, ha tenido diversos comentarios sobre la posibilidad de vetar la venta de maquinaria para procesos litográficos maduros a China. Esos son los nodos de 28 nm para arriba. El miedo de la administración Biden es que China inunde el mercado internacional con chips baratísimos y que lleve fuera del negocio a las compañías estadounidenses. Pero finalmente no va a haber veto a este tipo de maquinaria. Al menos según lo indicado por la asistenta de la señora ministra, Thea Rozman Kendler.

ASML es la principal empresa de maquinaria litográfica y está en el ojo del huracán de las sanciones de EUA a China, pero como cualquier empresa necesita seguir vendiendo sus productos. Cunde la preocupación entre sus ejecutivos por que EUA pueda expandir aún más las sanciones de ventas de maquinaria que actualmente afecta a las de luz ultravioleta profunda y extrema para producir chips por debajo de los 28 nm. En caso de que se expandan las sanciones, desde ASML han indicado que afectaría muy negativamente a sus cuentas —y a los impuestos que pagan en Países Bajos—.

Las relaciones entre China y su provincia rebelde de Taiwán siguen tensas a nivel político aunque a nivel social la cosa esté muy calmada. Siempre hay que hacer el paripé de que te llevas mal con tu enemigo. Quizás por eso ahora un funcionario de Taiwán, que actúa en EUA de embajador porque no está reconocido como país, ha acusado a China de engañar, copiar y robar tecnología de las empresas de su país. Lo ha indicado así en una entrevista, pero como siempre, no ha dado ningún ejemplo concreto.

Pekín ha dado un gran paso hacia la implementación de las redes 5G-Advanced o 5.5G, una versión avanzada de la tecnología 5G que puede alcanzar velocidades sostenidas de hasta 5 Gb/s, y de pico de hasta 10 Gb/s. Esta red, que es diez veces más rápida que la 5G estándar, se ha desplegado en áreas clave de la ciudad, incluyendo centros turísticos y de negocios. Los artífices de este logro han sido la operadora China Unicom y Huawei.

EUA lleva imponiendo desde hace unos años algunas prohibiciones de venta directa a China de una serie de tarjetas gráficas y aceleradoras que superan un umbral de potencia de cómputo. Ese umbral se ha ido bajando y hace unos meses afectó a la RTX 4090, tras lo cual China acaparó la compra mundial a través de terceros, que terminó en China en el mercado gris, que son distribuidores distintos de los oficiales porque tenían prohibida la importación directa de NVIDIA y sus socios. Pero hay tal demanda de aceleradoras y gráficas para cómputo que están acaparando de otros países incluso los sobremesas con una RTX 4090.

China busca desde hace tiempo la independencia de la tecnología de Estados Unidos, con sus propias CPU, tarjetas gráficas, SSD y todo aquello que se necesite para montar un PC, algo que también han tratado de hacer otros países como Rusia o los de la Unión Europa. Sin embargo, es la primera vez que China consigue una placa base con componentes solo chinos, aunque luego pueda usar tecnologías de otros países, como el conjunto de instrucciones del procesador.